Debemos descartar que las nuevas tecnologías, por sí solas, vayan a revolucionar el mundo de la enseñanza, ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo. No van a darnos las soluciones a las insuficiencias y carencias como las que describen los informes que periódicamente ponen la alarma sobre el nivel general de nuestros estudiantes.Pero dicho esto, no tendría sentido si no añadiera que las soluciones debemos aportarlas el conjunto de la sociedad y, especialmente, los que de una u otra forma estamos implicados directamente en las tareas docentes. Necesitamos un cambio de modelo en profundidad. Ahora tenemos la gran oportunidad de llevarlo a cabo? con la ayuda de las nuevas tecnologías, aprovechando toda su potencialidad. Y es que, en definitiva, las nuevas tecnologías son el mejor pretexto de cambio y la mejor excusa para llevar a cabo un proyecto de innovación pedagógica en la escuela.Cambio de modeloEl summit ItWorldEdu (ITWE 2008), celebrado recientemente en Barcelona, y que reunió por primera vez en España, en un mismo espacio de diálogo, a los sectores de las Nuevas Tecnologías y la Educación, puso de manifiesto, entre otras cosas, que las nuevas generaciones de niños y adolescentes de nuestro actual sistema educativo exigen un nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje que esté a la altura de las necesidades reales de nuestra sociedad.Debemos ser conscientes de que no es un cambio sencillo, porque no debemos caer en el error de suponer que bastará con llegar un día al aula, cambiar la pizarra de tiza por la pizarra digital interactiva y ya está, todo solucionado. No. El cambio necesario es mucho más profundo. Los jóvenes nos están pidiendo que nosotros, los adultos, seamos los que nos pongamos el chip y les demos también la oportunidad a ellos para participar en el proceso de enseñanza-aprendizaje.Por eso, nos parece importante, de entrada, cambiar los modelos de formación y actualización profesional de los docentes. En las conclusiones del ITWE, se incide en algo esencial, de principio, para afrontar con éxito los cambios: estos modelos formativos deben estar más basados en el acompañamiento y la tutorización. Estamos de acuerdo en que esto permite centrar mucho más la atención, no en las herramientas tecnológicas, sino en los procesos metodológicos de cambio e innovación.En España se han llevado a cabo experiencias -pocas, pero muy interesantes- en la aplicación de las Nuevas Tecnologías en la enseñanza. No me refiero a la instalación de aulas informáticas en los colegios. Eso, si me apuran, puede ser incluso anecdótico a estas alturas. Es mucho más que eso, es la verdadera inclusión de las TIC en todos los procesos de aprendizaje, en los que el alumno puede construir, comunicar, conectar, colaborar y compartir socialmente el conocimiento.En nuestras manos está proporcionar un entorno en el que puedan desarrollar de manera efectiva toda esa potencialidad. Un entorno que requiere innovación pedagógica en profundidad, un cambio inteligente en el sistema que aproveche los instrumentos tecnológicos que hoy tenemos a nuestro alcance. Sin nuestra intervención nada será posible. Y eso ha sido así desde nuestros orígenes. Dos palos son sólo dos palos si nadie los frota para hacer fuego. Hoy, un ordenador es chatarra si no está conectado en red y nadie introduce información, la procesa, la emite y la recibe.
Por: Miguel Pratts/el economista.es
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